NO ES ASÍ… ONGD, solidaridad y multinacionales en tiempos de crisis

Las organizaciones de cooperación internacional y ecologistas que suscribimos inicialmente este posicionamiento tratamos con ello de promover un debate que nos parece importante en estos momentos de crisis económica y global sobre el papel social de la cooperación en el actual contexto y sobre si todo o casi todo vale con la finalidad de seguir financiando proyectos. Pensamos que la solidaridad pueblo a pueblo tiene un papel importante a la hora de explicar las causas de lo que está ocurriendo y creemos que esto es totalmente contradictorio con iniciativas de colaboración con las empresas multinacionales. Fuente: Entrepueblos

En castellano

NO ES ASÍ…

ONGD, solidaridad y multinacionales en tiempos de crisis

No cabe duda de que corren tiempos difíciles para la cooperación internacional y para las organizaciones que llevamos años trabajando en ella por el cumplimiento de los derechos humanos,  sociales, económicos y culturales en todos los lugares del mundo, para hombres y mujeres, así como por preservar un futuro ecológicamente viable para nuestra sociedad.

El contexto de la crisis económica ha servido para que desde la mayor parte de las administraciones públicas, no sólo se haya abandonado el compromiso del 0,7%, sino que se haya desmantelado prácticamente todo lo logrado trabajosamente en dos décadas en cuanto a políticas públicas de cooperación internacional.

Nuestra sociedad, que hace una década vivía un idilio con las ONGD y con la cooperación internacional, se encuentra actualmente aturdida por tantos golpes recibidos, llena de interrogantes y urgida de referentes. En este contexto la cooperación internacional y la educación social con ella asociada, al contrario de los que se nos quiere hacer ver, es más necesaria que nunca.

Sin embargo, hoy las mismas ONGD atraviesan una crisis por la necesidad de resituar la orientación de su trabajo y sus mensajes en las actuales circunstancias, así como por la repentina escasez de fondos que amenaza a la misma existencia de muchas de ellas.

Es en este contexto que analizamos fenómenos como el que se ha manifestado a través de la campaña “Somos así, unidos para cambiar el mundo”, en la que 25 ONGD se dirigen a nuestra sociedad, junto a una serie de empresas de todo tipo con la intención de estimular el espíritu solidario en nuestra sociedad, así como algunas otras iniciativas bilaterales recientemente presentadas entre ONGD y multinacionales.

La asociación entre las ONGD y el mundo empresarial, especialmente con multinacionales españolas con presencia en los países de destino de la ayuda, es estimulada desde muchas administraciones públicas, como una forma de substituir la inversión en políticas públicas, por la filantropía empresarial, y despierta el interés de algunas empresas que han tenido y tienen mucho que ver con la crisis actual, tanto en nuestro país como en el mundo, como una forma de mejorar su imagen ante el público potencialmente consumidor de sus servicios.

Pero lo más grave es que varias de las empresas patrocinadoras de estas campañas han sido en numerosos ocasiones denunciadas por la violación de derechos en diferentes países donde se han instalado, empezando por el nuestro. Empresas que financian este tipo de campañas a través de sus estrategias de Responsabilidad Social que han demostrado que no son más que meros instrumentos de marketing. Lo cual hace preguntarnos además cuál es el papel de las ONGD  en un asunto cómo este. ¿Cómo podemos denunciar el incumplimiento y agresión de los derechos humanos y acto seguido hacer una campaña pública “solidaria” con quienes lo han realizado? No se trata de un debate estéril sobre la pureza o no de la financiación sino un debate central y moral sobre el papel que las ONGD tienen que tener en la sociedad actual.

Se trata de una disonancia de mensajes que acaba pasando factura, sobre todo entre significativos sectores y movimientos sociales más activos y conscientes. Es lógico que los mensajes dirigidos a diferentes sectores sociales puedan ser específicos y adaptados, pero éticamente nunca pueden ser contradictorios entre sí.

Quienes subscribimos esta declaración creemos que, si las ONGD piensan que asociarse con este tipo de empresas puede ser una salida para encontrar los recursos que ahora escasean, no han tenido en cuenta que esto supone la total deslegitimación social de lo que hacemos y lo que representamos.

Por todo ello nos vemos en la necesidad de dirigirnos

–                     a toda la gente que se indigna al ver cómo se indultan los delitos financieros y fiscales, mientras se desahucia sin piedad a familias en paro;

–                     a las miles de personas que han apoyado campañas de denuncia de los impactos de megaproyectos de extracción de recursos energéticos sobre los recursos naturales de poblaciones indígenas y sobre sus derechos (que son los recursos y los derechos de todo el mundo y de las generaciones futuras);

–                     a quienes han colaborado para que algunas empresas españolas respondan legalmente en otras latitudes por sus prácticas laborales abusivas, mientras en nuestro país, con casi un 25% de paro, se realizan despidos masivos;

–                     a quienes creen que hoy más que nunca se debe terminar con las inversiones en la industria militar, etc., etc.

Para decirles sencillamente que quienes subscribimos esta declaración somos organizaciones comprometidas con lo que pasa en todo el mundo y en primer lugar en nuestro entorno más próximo, organizaciones que tal vez tendremos más dificultades económicas en estos momentos para desarrollar nuestra labor, pero que consideramos que lo único que no se puede perder nunca es el sentido y la claridad de nuestro mensaje, la confianza y la credibilidad de la gente que nos apoya.

Y hacemos a la vez un llamado al conjunto de organizaciones que trabaja en la cooperación internacional desde una perspectiva de derechos a unir fuerzas, a “cooperar en la cooperación” y a redoblar la transparencia y claridad de los mensajes a la opinión pública. En este camino encontrarán siempre nuestra colaboración.

Subscriben inicialmente:

ACSUR,  Amigos de la Tierra, Cooperacció, Ecologistas en Acción, Entrepueblos, Ingeniería Sin Fronteras, Mundubat, Observatorio de la Deuda en la Globalización, Observatorio de las Multinacionales en América Latina, Paz con Dignidad, Veterinarios Sin Fronteras.

 

En català

NO ÉS AIXÍ …

ONGD, solidaritat i multinacionals en temps de crisi

És evident que corren temps difícils per a la cooperació internacional i per les organitzacions que portem anys treballant-hi pel compliment dels drets humans, socials, econòmics i culturals a tot el món, per a homes i dones, així com per preservar un futur ecològicament viable per a la nostra societat.

El context de la crisi econòmica ha servit perquè des de la major part de les administracions públiques, no només s'hagi abandonat el compromís del 0,7%, sinó que s'hagi desmantellat pràcticament tot els mínims que tant havia costat aconseguir en dues dècades pel que fa a polítiques públiques de cooperació internacional.

La nostra societat, que fa una dècada vivia un idil·li amb les ONGD i amb la cooperació internacional, es troba actualment atordida per tants cops rebuts, plena d'interrogants i urgida de referents. En aquest context la cooperació internacional i l'educació social associada, al contrari dels que se'ns vol fer veure, és més necessària que mai.

Tanmateix, avui les ONGD travessen una crisi que els planteja la necessitat de reubicar l'orientació del seu treball i els seus missatges a les actuals circumstàncies, així com per la sobtada escassetat de fons que amenaça la mateixa existència de moltes d'elles.

És en aquest context que analitzem fenòmens com el que s'ha manifestat a través de la campanya "Somos así, unidos para cambiar el mundo", en la que 25 ONGD es dirigeixen a la nostra societat, al costat d'un seguit d'empreses de tot tipus amb la intenció d'estimular l'esperit solidari, així com algunes altres iniciatives bilaterals recentment presentades entre ONGD i multinacionals.

L'associació entre les ONGD i el món empresarial, especialment amb multinacionals espanyoles amb presència als països de destinació de l'ajut, és estimulada des de moltes administracions públiques, com una forma de substituir la inversió en polítiques públiques, per la filantropia empresarial, i desperta l'interès d'algunes empreses que han tingut i tenen molt a veure amb la crisi actual, tant al nostre país com al món, com una forma de millorar la seva imatge davant del públic potencialment consumidor dels seus serveis.

Però el més greu és que vàries de les empreses patrocinadores d'aquestes campanyes han estat denunciades moltes vegades per la violació de drets en diferents països on s'han instal·lat, començant pel nostre. Són empreses que financen aquest tipus de campanyes a través de les seves estratègies de Responsabilitat Social que han demostrat que no són més que instruments de màrqueting. I això ens hauria de portar a preguntar-nos quin és el paper de les ONGD en un assumpte com aquest. Com podem denunciar incompliments i agressions als drets humans i tot seguit fer una campanya pública "solidària" amb els que els cometen? No es tracta d'un debat estèril sobre la puresa o no del finançament, sinó un debat central i moral sobre el paper que les ONGD han de tenir en la societat actual.

Es tracta d'una dissonància de missatges que acaba passant factura, sobretot entre significatius sectors i moviments socials més actius i conscients. És lògic que els missatges adreçats a diferents sectors socials puguin ser específics i adaptats, però èticament mai poden ser contradictoris entre si.

Els que subscrivim aquesta declaració creiem que, si les ONGD pensen que associar-se amb aquest tipus d'empreses pot ser una sortida per trobar els recursos que ara escassegen, no han tingut en compte que això suposa la total deslegitimació social del que fem i el que representem.

Per tot això ens veiem en la necessitat d’adreçar-nos

– A tota la gent que s'indigna en veure com s’indulten delictes financers i fiscals, mentre es desnona sense pietat a famílies a l’atur;

– Als milers de persones que han donat suport a campanyes de denúncia dels impactes de megaprojectes d'extracció de recursos energètics sobre els recursos naturals de poblacions indígenes i sobre els seus drets (que són els recursos i els drets de tothom i de les generacions futures );

– A tothom que han col·laborat perquè algunes empreses espanyoles responguin legalment a altres latituds per les seves pràctiques laborals abusives, mentre al nostre país, amb un 25% d'atur, es realitzen acomiadaments massius;

– A la gent que creu que avui més que mai s'ha d'acabar els negocis amb la indústria militar, etc.

Per dir senzillament que qui subscrivim aquesta declaració som organitzacions compromeses amb el que passa a tot el món i en primer lloc en el nostre entorn més proper, organitzacions que potser tindrem més dificultats econòmiques en aquests moments per desenvolupar la nostra tasca, però que considerem que l’únic que no es pot perdre mai és el sentit i la claredat del nostre missatge, la confiança i la credibilitat de la gent que ens dóna suport.

I fem alhora una crida al conjunt d'organitzacions que treballen en la cooperació internacional des d'una perspectiva de drets a unir forces, a "cooperar en la cooperació" i refermar la transparència i claredat dels missatges a l'opinió pública. En aquest camí trobaran sempre la nostra col·laboració.

Subscriuen inicialment:

ACSUR, Amigos de la Tierra, Cooperacció, Ecologistes en Acció, Entrepobles, Enginyeria Sense Fronteres, Mundubat, Observatori del Deute en la Globalització, Observatorio de las Multinacionales en América Latina, Paz con Dignidad, Veterinaris Sense Fronteres

 



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