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Noticias relacionadas con nuestros proyectos de Cooperación en Centroamérica, Ecuador y Perú así como nuestras actividades por toda España y nuestros proyectos de Educación Emancipatoria.

Ecocidio en Perú por vertido de petroleo de Repsol en costas de Lima

21 enero, 2022/Noticias /por Elena

Desde el Foro de ONGD Españolas en Perú pedimos acciones inmediatas a Repsol y al Estado español en cumplimiento de principios rectores de Empresas y DDHH

– Lima, a 20 de enero de 2022 –

Desde el Foro de ONGD Españolas en Perú, plataforma que agrupa a 17 organizaciones que desarrollamos proyectos de cooperación al desarrollo en el Perú, manifestamos nuestra profunda preocupación y alarma ante el reciente vertido de petróleo en las costas de Lima, responsabilidad de la empresa española Repsol, y su refinería en el distrito de Ventanilla: La Pampilla. Saludamos el comunicado de la Embajada de España en Perú solicitando acciones de reparación y las investigaciones correspondientes y, por todo ello, pedimos al Ministerio de Asuntos Exteriores, y dentro de él a la Embajada española y la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo, además de a la Cámara de Comercio que hagan todas las acciones posibles para hacer cumplir los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos (resolución 17/4 del Consejo de DD.HH. de NNUU) que el propio Estado español ha suscrito con la aprobación del Plan de Acción Nacional de Empresas y DD.HH. en 2017 y el cual establece, entre otros “el compromiso de España de proteger los derechos humanos, también frente a cualquier impacto negativo que la actividad empresarial pudiera tener sobre ellos, y de proporcionar a las eventuales víctimas de los mismos un remedio efectivo”.  La actuación de Repsol previa y posterior al desastre ecológico generado por el vertido de varios miles de barriles de petróleo, que ha derivado en la contaminación de litoral peruano, los cuales abarcan áreas naturales del país e importantes núcleos de población, podría constituir un delito ambiental que debe ser oportunamente investigado; y muestra la falta del cumplimiento por su parte del principio de debida diligencia que busca evitar la violación de los derechos de terceros y hacer frente a los impactos adversos de su actividad. Por todo ello, exigimos se tomen las medidas efectivas para cumplir los principios de “proteger, respetar y remediar”, que descansan, como es de su conocimiento, en tres pilares fundamentales:

  1. la obligación del Estado de proteger frente a las violaciones de los derechos humanos por parte de terceros, incluidas las empresas;
  2. la responsabilidad de las empresas de respetar los derechos humanos; y
  3. la necesidad de mejorar el acceso de las víctimas a vías de remedio efectivas, judiciales y no judiciales.

En base a ello, pedimos al Estado español, al Ministerio de Asuntos Exteriores, la Embajada de España en Perú y la Agencia Española de Cooperación que en cumplimiento del principio rector 1: “Los Estados deben proteger contra las violaciones de los derechos humanos cometidas en su territorio y/o jurisdicción por terceros, incluidas las empresas. A tal efecto deben adoptar las medidas apropiadas para prevenir, investigar, castigar y reparar esos abusos mediante políticas adecuadas, actividades de reglamentación y sometimiento a la justicia”, insten a tomar todas las medidas necesarias a Repsol para reparar el ecocidio generado en las costas peruanas, remediar a la población aledaña impactada y afectada en sus medios de subsistencia y los ecosistemas circundantes, así como la urgente adecuación de los procesos de la Refinería La Pampilla a estándares medioambientales internacionales que pongan fin a daños ambientales que durante décadas llevan generando en su zona de intervención. Asimismo, instamos a la Cámara de Comercio a pronunciarse de manera crítica sobre esta situación y a reforzar sus compromisos para que todos sus miembros trabajen para respetar, proteger y remediar cualquier posible impacto en materia ambiental, laboral y de DD.HH. de sus actuaciones en el país. Adicionalmente, hacemos un llamado a poner la atención y prevenir todo tipo de impactos en la selva del país – zona que ha sufrido 566 derrames desde 1997 y donde la citada empresa también tiene operaciones- debido a la corrosión de ductos y fallas operativas causadas por terceros, que no han sido remediados ni indemnizados a la población afectada.  Más allá de cualquier actividad de lucro, en un contexto de crisis climática como el actual, la protección de los ecosistemas en un país megadiverso como Perú debe ser una prioridad para los estados a nivel global. Es una responsabilidad fundamental con las generaciones actuales y futuras actuar de manera coherente y en cumplimiento de los compromisos suscritos en materia de desarrollo (ODS), empresas y DD.HH. y lucha contra el cambio climático, así como caminar hacia un modelo de transición social y energética que abandone el extractivismo y la dependencia de combustibles fósiles de alto impacto ecológico, y se base en el uso de las energías renovables, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la creación de empleo verde de manera que respondan a los retos de salud poblacional, neutralidad climática y seguridad energética actuales. Por nuestra parte, desde la sociedad civil organizada seguiremos desarrollando nuestra labor de vigilancia sobre la situación acontecida, e instando a la aprobación de un Tratado  jurídicamente Vinculante en el marco de la ONU para regular, en el derecho internacional, las actividades de las empresas transnacionales (ETN), incluidas todas las entidades de sus cadenas de producción mundiales, así como la Ley de debida diligencia en la UE que obliguen a las empresas a respetar los DD.HH. y a reparar los daños de sus acciones. 

Foro de ONGDs Españolas


Fotografía de portada de Adan Calatayud del mar de Santa Rosa 21/01/2022

Desabastecimiento

17 enero, 2022/Noticias /por Elena

Finalizamos el 2021 con la palabra: desabastecimiento, y seguimos. Por ejemplo, faltan chips (lo que afecta a industrias como la de los móviles o la automoción) y materiales de construcción (madera, pinturas, acero).

Por faltar, empieza a haber carencia hasta de bebidas alcohólicas. De manera acoplada, aumenta el precio de distintas mercancías, como la electricidad. Esta situación tiene detrás un incremento de la demanda fruto de una cierta reactivación económica, pero la clave está en analizar por qué esa demanda no se está pudiendo cubrir. Para escudriñar respuestas necesitamos una mirada unidimensional, pues lo que estamos viviendo es el resultado de múltiples factores entrelazados.

Uno de los elementos detrás del desabastecimiento es el logístico: después del parón impulsado por la COVID-19, las cadenas de producción y distribución globales no son capaces de ponerse en marcha de manera automática. Necesitan tiempo para restablecer el ritmo de transporte marítimo o el funcionamiento de los puertos.

Se suma el modelo económico. Una producción just in time, sin almacenamiento, y en la que la especialización productiva territorial es muy alta (por ejemplo, la mayoría de los chips del mundo se fabrican en Taiwan) hace que el sistema sea muy vulnerable. Ante el fallo de un nodo de producción mundial, como está sucediendo con el de chips en Taiwan, no hay stock que pueda sostener durante un tiempo la demanda hasta que la producción se recupere. También es parte del modelo económica un control oligopólico de muchos sectores, como el del transporte marítimo global o el de la producción eléctrica en España, que permite a estos actores usar su posición de fuerza. Y una fijación de precios que depende en buena parte de los mercados financieros, que suelen ser amplificadores de los precios altos, por ejemplo de materias primas, pues fomentan procesos especulativos.

Al modelo económico se añade la crisis económica que se arrastra desde, al menos, 2007, que impulsa una desinversión en diferentes sectores. Sin expectativa de beneficio clara, los capitalistas no invierten en la economía productiva y están desviando sus búsquedas de lucro a la financiera. El sector petrolero ilustra bien este hecho. A pesar de que cada vez cuesta más extraer petróleo, pues está situado en lugares más inaccesibles (en aguas ultraprofundas, en regiones árticas o embebido en rocas duras), las empresas, en lugar de estar aumentando su inversión, la están reduciendo. La causa detrás de esto es sencilla: simplemente no les sale rentable, como muestra la quiebra en cadena de corporaciones especializadas en fracking desde 2020 o el anuncio de petroleras de tamaño medio como Repsol de que van a abandonar el sector. Esto redunda en una menor disponibilidad de bienes incluso cuando sube la demanda, pues un campo petrolero requiere años para ser puesto en funcionamiento.

Las decisiones políticas también desempeñan un papel en el proceso de desabastecimiento. De este modo, el brexit, combinado con las medidas de restricción migratoria, han impulsado la falta de camioneros en Reino Unido, lo que contribuye al desabastecimiento. Otro ejemplo es como Rusia usa su posición de fuerza con Europa (es uno de nuestros principales suministradores de gas) para ganar posiciones en la geopolítica global.

Hay políticas de más largo aliento que también es necesario destacar, como las laborales. Tanto empresas como gobiernos han precarizado hasta lo intolerable la vida de muchas personas que, simplemente, abandonan los sectores donde las condiciones de trabajo son inadmisibles. Nuevamente, el sector de los camioneros es un buen ejemplo. Y esta precarización no es consecuencia de la avaricia de unas pocas personas (o, al menos, no solo), sino que está relacionada con los procesos de desinversión y, en definitiva, con la crisis estructural del capitalismo. Como nuestro sistema socioeconómico no consigue recuperar altas tasas de reproducción del capital, presiona a los eslabones más débiles para intentarlo. Dicho de otro modo, la precariedad laboral es una política hasta cierto punto inevitable en una coyuntura de debilidad de las fuerzas populares en un sistema altamente competitivo y en crisis que es ciego a cualquier otro imperativo que no sea reproducir el capital.

Economía ecológica: la raíz ambiental de la crisis

Pero todo esto es insuficiente para comprender lo que sucede si no sumamos la mirada ambiental. Vivimos en un planeta de recursos finitos y los límites de disponibilidad de distintos materiales ya los estamos alcanzando. Por ejemplo, la extracción de plata, necesaria junto a otros 40 elementos para la producción de móviles, pues es uno de los que integran los chips, está estancada desde hace años como consecuencia de los límites de disponibilidad geológica. El problema no se restringe a la plata, sino que abarca el cadmio, el cobalto, el cromo, el cobre, el indio, el litio, el manganeso, el níquel, el plomo, el platino, el teluro o el zinc. Los impactos se extienden por el conjunto de la economía, pues sin una disponibilidad creciente de estos elementos no se pueden fabricar cada vez más molinos eólicos, ordenadores, acero o coches.

No solo faltan materiales, sino también energía. El aumento del precio del gas es el principal vector que está haciendo crecer los precios de la electricidad en España y en otros lugares de Europa. Los principales suministradores de gas a la Unión Europea son Rusia y Argelia y ambos países están atravesando una situación similar: su capacidad extractiva de este combustible fósil está estancada desde hace años. Es más, su consumo interno aumenta, lo que hace que su posibilidad exportadora se resienta más, lo que tensiona los precios al alza. Y, sin cambiar de modelo, hay pocas opciones, pues el gas se transporta mal por mar (es caro y podemos moverlo en cantidades pequeñas si las comparamos con el consumo), lo que excluye como alternativa el gas estadounidense o catarí.

La situación del gas no es única dentro del panorama energético. La extracción de petróleo parece que llegó a su máximo en 2018 y esto es fundamental en la articulación de la economía global, pues alrededor del 95% del transporte quema derivados del petróleo. Es más, este transporte depende sobre todo del diésel, que está en caída por lo menos desde ese 2018. Y podemos añadir el carbón, pues detrás de los apagones en la red eléctrica china está su dificultad para encontrar este combustible en cantidades suficiente en sus propias minas y en las internacionales. Por ejemplo, ha levantado el veto que tenía a la importación de carbón australiano, pero ni con esas consigue garantizar una producción eléctrica que evite cortes recurrentes.

El cambio climático también está contribuyendo a la situación. Volviendo a Taiwan, principal productor mundial de chips, allí el cambio climático está siendo un factor determinante en la sequía que sufre el país. Esto está afectando a la producción de chips, pues Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), líder mundial de esta industria, utiliza 156.000 toneladas de agua al día en la producción de sus chips. Y si no hay agua…

Incluso la crisis ecosistémica ha empujado al desabastecimiento. Los problemas logísticos como consecuencia de la pandemia de COVID-19 se relacionan con la pérdida de biodiversidad, pues hay una amplia bibliografía científica que señala que la ruptura de los equilibrios ecosistémicos es determinante en la expansión de enfermedades zoonóticas (que provienen de otros animales) que estamos viviendo en los últimos años. Una de estas enfermedades, como sabemos, es la COVID-19 que, combinada con unos insuficientes servicios sanitarios y una fuerte interconexión global, ha provocado una pandemia que ha obligado a ralentizar la economía entre invierno de 2019 y verano de 2021.

Decrecimiento y transición ecosocial

Varias de las causas del desabastecimiento son coyunturales, pero otras, como las ambientales, son estructurales e irresolubles. Por más dinero que se invierta, no conseguiremos crear plata o gas nuevo en la Tierra. La esencia del desabastecimiento es el choque de un sistema que necesita expandirse constantemente con la imposibilidad física y ecosistémica de sostener esta expansión.

Por ello, en el siglo XXI tenemos una gran disyuntiva: mantener un sistema que nos aboca a un desabastecimiento, que será cada vez más profundo y generador de desigualdades, o transformar radicalmente nuestra forma de relacionarnos con el resto de la vida y entre las personas. Esta segunda opción pasa por poner en marcha políticas de decrecimiento, localización e integración del metabolismo humano en el funcionamiento del metabolismo de la vida (o, dicho de otro modo, economías basadas en la agroecología y no en la industria o los servicios). También por trascender el capitalismo a través de una desmercantilización y desalarización de nuestras vidas. Y todo ello debe realizarse con fuertes medidas de redistribución de la riqueza que nos permitan vivir a toda la población mundial dignamente de manera austera. En definitiva, tener vidas plenas en armonía con el conjunto de la vida sin intentar, enfermiza y continuamente, traspasar los límites de nuestro bello planeta. En Escenarios de trabajo en la transición ecosocial 2020-2030 proponemos ideas más concretas de cómo hacer esta gran transición para nuestro territorio.

Luis González Reyes, miembro de Ecologistas en Acción

Un paso para la futura Ley de Cooperación. ¿Alcanzaremos el 0,7?

14 enero, 2022/Noticias /por Elena

Han pasado casi 30 años desde que una movilización de gente activa de base, entre las que estábamos Entrepueblos, saliera a las calles en las históricas acampadas por el 0,7 de los años 90, pidiendo al gobierno de turno, al grito ¡No es caridad, es justicia! que incluyese en los presupuestos generales, la cesión del 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) como ayuda al desarrollo de los países empobrecidos.

Y ahí seguimos…

Ahora, el actual Gobierno da un paso con el anteproyecto de Ley de cooperación para el desarrollo sostenible y la solidaridad global, para que con suerte para el 2030 se destine por ley este ansiado 0,7% de su renta nacional bruta a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).

Como indica La Coordinadora en su análisis este anteproyecto puede ser «una buena oportunidad para concretar la propuesta y garantizar que la cooperación sea una política de Estado que esté a la altura de los desafíos globales», pero exige compromisos más amplios para llegar a ser una ley «realmente transformadora»  que atienda a la diversidad de miradas feministas y ecologistas, y esté a la altura de los desafíos globales.

 

Criminalización, dolor y muerte ante el derecho a emigrar y a defender este derecho

16 diciembre, 2021/Noticias /por Elena

Entrepueblos, en su defensa de los derechos humanos se manifiesta también, el 18 de Diciembre, #DíaDelMigrante, sola y en alianza con otros colectivos, por la defensa de la Libre circulación de personas ante el sufrimiento causado en los procesos migratorios. Procesos en los que cada vez más personas son expulsadas de sus propias comunidades, ubicadas en las grandes zonas de pobreza hacía las pequeñas zonas enriquecidas a su costa.

Entrepueblos denuncia los crímenes de los Estados de los países enriquecidos, que con sus políticas migratorias y de fronteras, ejercen violencia y criminalizan a millones de personas sometiéndolas al despojo y a la más absoluta vulnerabilidad.

Políticas que provocan miles de muertes trágicas cada día en las rutas migratorias, de prácticamente todas las fronteras del mundo… en pateras y cayucos cruzando el Mediterráneo o el Canal de la Mancha destino a Europa, a pie por el Río Bravo o en camiones cruzando México en su trayecto hacia los EEUU,…

Igualmente, denunciamos la criminalización que se hace  a las personas que defienden este derecho a migrar. Por ello, nos adherimos a la NdP de Caravana Abriendo Fronteras, que en este año 2021 en Canarias ha sido fuertemente sancionada, de forma injustificada.

Y denunciamos también, la situación de indefensión de las personas trabajadoras transfronterizas en Ceuta y Melilla, las condiciones infrahumanas de las trabajadoras y los trabajadores temporeros del campo, la explotación de trabajadoras del servicio doméstico, las deportaciones en caliente, y en definitiva todas las dificultades administrativas y sociales que les impiden obtener sus condiciones de ciudadanía fundamentales, como es el acceso a la vivienda, a los servicios de escolarización y sanidad, entre otras.


NdP Denuncia a la represión: más de 7.500 euros en multas a la Caravana Abriendo Fronteras

Denunciar la violencia y racismo institucional tiene precio: más de 7.500 euros en multas a la Caravana Abriendo Fronteras

El movimiento antirracista y por los derechos de las personas migrantes denuncia una represión desmedida por las protestas organizadas en la 6a edición de la Caravana Abriendo Fronteras este verano.

La Caravana Abriendo Fronteras, la Plataforma Defender a Quién Defiende y otros grupos afines han exigido hoy al Defensor del Pueblo que se tomen medidas ante la represión que se ha ejercido por parte de la Administración y las fuerzas y cuerpos de seguridad contra el movimiento antirracista y las múltiples manifestaciones organizadas alrededor de la Caravana Abriendo Fronteras este pasado verano en las Islas Canarias. También se han denunciado las vulneraciones del derecho a la protesta de las personas migrantes que se han dado de forma continuada en el último año en las Islas.

Entre los días 17 y 25 de julio de 2021 tuvo lugar la 6ª edición de la Caravana Abriendo Fronteras, un movimiento de defensa de los derechos de las personas migrantes que desde el año 2016 recorre diferentes espacios de frontera de la Unión Europea. Ante el ejercicio organizado del derecho a la protesta de la Caravana Abriendo Fronteras, se han registrado múltiples vulneraciones a los derechos fundamentales por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad, en un claro esfuerzo de represión al movimiento.

Es la primera vez que la Caravana sufre sanciones después de 6 años de movilización, después de viajar a puntos calientes como Grecia, Italia, Melilla o Ceuta. Se han usado mecanismos de “burorrepresión” a través de sanciones administrativas, que alcanzan un total de más de 7500 euros. Entre ellas, se ha impuesto la desmesurada sanción económica de 6100 euros, por el artículo 36.6 de la Ley Mordaza, desobediencia o la resistencia a la autoridad, por una protesta en la sede de Frontex en Las Palmas el 20 de julio. Además, esta sanción se notificó a una persona que no fue identificada en el transcurso de la acción, denotando una clara perfilación y criminalización del activismo en Gran Canaria.

El 21 de julio en Santa Cruz de Tenerife, en el marco de una acción pacífica frente a la Subdelegación del Gobierno, se dieron tres presuntas agresiones físicas a mujeres por parte de la policía. Una de las agresiones requirió atención médica por la seriedad de la contusión. El mismo día se dio también una retención y tres identificaciones, una de ellas a una persona racializada y dos más a prensa, contra quien se dirigió una actitud de hostigamiento y presión limitando el derecho a la información.

Finalmente, cabe destacar que el 22 de julio tuvo lugar un episodio especialmente grave, en Los Cristianos, Arona, en la isla de Tenerife, en el cual una vez desconvocada la manifestación que se había llevado a cabo, dos personas migrantes que se alojan en el Centro de Las Raíces (y que habían participado en la manifestación) fueron detenidas. La detención se llevó a cabo  de manera arbitraria, discriminatoria y sin indicios suficientes de la comisión de un delito, y tuvo por tanto un efecto disuasorio para el resto del grupo de personas alojadas en Las Raíces que hasta ese momento habían participado y reivindicado sus derechos en las manifestaciones, limitando su derecho a la libertad de expresión y de participación. Cabe recordar que estas personas se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad administrativa, y una detención, o incluso una identificación, puede suponer la apertura de procedimientos de expulsión. Así pues, denunciamos el racismo institucional que restringe de forma sistemática el derecho a la libertad de manifestación de las personas que se encuentran en una situación administrativa irregular.

Más allá de los incidentes ocurridos en el marco de la Caravana, cabe destacar diversas actuaciones represivas ejecutadas por parte de agentes de seguridad públicos y privados en los espacios en los que se ha alojado a las personas migrantes recién llegadas a las islas, tal como el Campamento de Las Raíces en Tenerife. En el último año, las personas afectadas, colectivos de apoyo y las organizaciones de derechos humanos han denunciado constantes violaciones al derecho a la protesta mediante un uso excesivo de la fuerza, agresiones racistas, amenazas y castigos hacia las personas alojadas en los recursos de acogida.

Fruto de la represión mencionada, 13 personas siguen presas pendientes de juicio o de sentencia, en algunos casos con peticiones de 11 años de cárcel por parte de la fiscalía. Es de destacar que 4 de ellas han sido liberadas sin cargos después de permanecer 7 meses encarceladas de forma preventiva.

En definitiva, la Plataforma Defender A Quién Defiende, conjuntamente con Caravana Abriendo Fronteras y otros colectivos afines, denunciamos la creciente restricción del derecho a la protesta mediante el uso de la Ley Mordaza y la impunidad ante el uso excesivo de la fuerza, en este caso concretamente contra el movimiento antirracista y por los derechos de las personas migrantes.

Y exigimos, tal como se ha expresado en la carta enviada al Defensor del Pueblo, 

  1. La fiscalización de las actuaciones por parte de las Fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado en las que se hace un uso excesivo de la fuerza contra personas que ejercen el derecho a la libertad de manifestación, o en las que no se respeta el principio de no-discriminación.
  2. La prohibición expresa de la elaboración de perfiles raciales en las políticas de seguridad, que incluyan la eliminación de los controles de identidad basados en perfiles étnicos y raciales.
  3. Medidas para que garanticen el derecho a la libertad de manifestación y reunión de todas las personas, independientemente de su situación administrativa.
  4. La retirada de las sanciones impuestas.

 

 

 

 

La pandemia: revela una crisis sistémica a nivel global

10 diciembre, 2021/Noticias /por Elena

La pandemia: revela una crisis sistémica a nivel global. Alternativas desde los movimientos sociales en America Latina.

Estamos frente a la primera pandemia realmente global, que deja al desnudo las enormes carencias, supremacías, desigualdades de un mundo globalizado con hegemonía capitalista, patriarcal y colonial.

Es casi un consenso el asumir que estamos frente a una crisis paradigmática, más exactamente, crisis de un Marco Civilizatorio, con prioridad del paradigma del mercado, la especulación, el avance invasivo sobre cuerpos, tierras, territorios, sustentada en una cultura de individualismo creciente, que marca los horizontes y alternativas de una sociedad. La pandemia ha acentuado la encrucijada civilizatoria que enfrentamos, dejando al desnudo la tremenda disputa entre un modelo económico depredador y nada menos que la sostenibilidad de la vida. Lo que nos coloca en un momento de “interregno”, del que hablaba Gramsci[1]:  cuando lo antiguo está en crisis, ya no convence, ya no responde a las preguntas, necesidades y deseos vitales… y lo nuevo aún no se posiciona, aún está en proceso de encontrar sus cauces de acción y sus coordenadas de reflexión.   Por lo mismo, es también una crisis epistémica, de desorientación cognitiva, que pone la necesidad de avanzar hacia un nuevo horizonte de sentido histórico que construya condiciones para vidas que merezcan ser vividas.

Esta crisis también arrastra a la institucionalidad global, regional y nacional. Las Naciones Unidas están tremendamente debilitadas, el multilateralismo, tan importante en experiencias como la pandemia, está profundamente resquebrajado, con la pérdida creciente de hegemonía norteamericana.   En América Latina, el sistema interamericano, incluyendo la OEA, ha perdido su relevancia, instancias más democráticas como UNASUR han dado paso a nuevos arreglos geopolíticos, como ProSur, mucho más conservadores e inefectivos. Todo esto acompañado de una creciente debilidad de la democracia, cooptada por los poderes económicos (que han aumentado exponencialmente sus ganancias en pandemia, a costa de la vida de millones de personas). Y el surgimiento de tendencias no solo conservadoras sino claramente fascistas. La desigualdad, el autoritarismo, el desprecio por la vida de otrxs, además del fuerte racismo preexistente, vemos el surgimiento de un racismo ambiental– que define quienes son los más infectados, quienes son los que más mueren. Brasil es el caso más escandaloso: el exterminio viral de indígenas y negros. Esta experiencia pone al fascismo y al racismo en el centro de nuestra reflexión

Por lo mismo, es una era de redefiniciones urgentes. Es un momento, como dice Maristella Svampa (2020),[2] de liberación cognitiva, que nos lleva a superar el desconcierto y la inamovilidad, para audazmente pensar que aquello que deseábamos, pero veíamos aún lejano, o inviable, o simplemente inimaginable, y hoy comienza a tener visos de realidad… al abrirse otras dimensiones para la acción y otros horizontes de transformación. Y las posibilidades no son muchas: O volvemos a la “normalidad” que ha producido estos desastres en el mundo, o apostamos por profundizar un cambio de paradigma – desde una nueva matriz ecosocial, anticapitalista, antipatriarcal, de justicia ambiental, social, sexual, étnico racial—   Esta es la alternativa a la que aspiran y apuestan los movimientos sociales y las resistencias del Sur global.

 Expresiones prefigurativas que auguran otros horizontes de justicia y democracia

Las dos décadas transcurridas en el nuevo milenio, especialmente la segunda, han contenido una ola global de movimientos y revueltas    Las dinámicas actuales que han estado impulsando los movimientos ecológicos, indígenas, urbano populares, afrolatinos, LGBTTI, jóvenes, estudiantes, así como los feminismos en su enorme diversidad, nos ofrecen otros aprendizajes, abriendo un horizonte de posibilidades, sustentados en las resistencias cotidianas y la incidencia públicas.

Los movimientos en América Latina trajeron no solo la novedad de incidir en la transformación de espacios y dimensiones antes no colocadas, como la vida cotidiana, el racismo, la diversidad sexual en todas complejidades.  Se han desplegado también formas de organización y articulación diversas y novedosas. Como afirma Jeffrey Pleyers[3], resistiendo las jerarquías, impulsando horizontalidad,  liderazgos diluidos, no aferrados,  estructuras más bien laxas, formas de organización coyuntural, en red, ofreciendo  nuevos flujos de información,  facilitando contacto directo entre activistas, en el país, la región y a nivel global. Han surgido otras formas de estar en movimiento, facilitando e inaugurando intercambios entre las redes, las organizaciones urbanas y rurales, las académicas, los diálogos interculturales, a nivel de los países, de las regiones y a nivel global.  En algunos países ha habido logros importantes, como en Perú donde en plena pandemia se ha logrado la firma del Convenio 189, sobre los derechos de las trabajadoras del hogar, quienes perdieron masivamente sus empleos. Y se ha conseguido también la aprobación de la ley de paridad y alternancia en las listas parlamentarias y en las instancias electorales en general.  Varias de estas dinámicas tienen historia de resistencia de las mujeres en muchos de los países de la región, pero eran impensadas inicialmente en pandemia, en un momento de cuasi inmovilismo, han profundizado y/o provocado la generación de un tejido colectivo comunitario que articula formas de solidaridad y resistencia en y desde los territorios, especialmente en aquellos espacios donde generalmente el Estado no llega, o llega mal.

En estos procesos, algunos autores[4] señalan la importancia que adquiere la defensa de la autonomía, tanto en relación  a la  independencia de los partidos políticos y gobiernos, preservando espacios de decisión propios, como también para reproducir sus propias condiciones de vida y avanzar luchas y resistencias hacia la transformación más allá de lo estatal.  Hay una reivindicación de lo plebeyo, de la cultura popular, de las identidades indígenas, de los feminismos plurales, de Abya Yala, desplegando una crítica tenaz a la cultura dominante y recuperando y afirmando las propias culturas y cosmovisiones.  Son luchas múltiples, algunas de ellas, como las feministas, con una masividad no tenida antes; con experiencias de comunicación horizontal, de liderazgos compartidos y generalizados, no únicos. Y, más y más, asumiendo la urgencia de la interconexión.

Todo ello está teniendo claros impactos en las subjetividades, también en formas nuevas de articulación.  Hasta antes de la pandemia, la calle era el lugar privilegiado de la protesta. Con el encierro que ha traído la cuarentena, muchas de las articulaciones anteriores han perdido fuerza, algunas organizaciones han reducido sus acciones, Se han cerrado muchas de las dinámicas de lucha y organización previas, pero otras alimentan procesos de apertura y formas otras de organización, desde un sinfín de iniciativas.  Se han extendido acciones concretas en cada uno de los barrios a través de ollas comunes, comedores populares o distribución de alimentos, atención a las personas mayores. Son actividades de cuidado solidario, generando un espacio de contención emocional, de creatividad, de resistencia y de desobediencia. Han surgido también iniciativas amplias de solidaridad entre movimientos. Por ejemplo, en Brasil el Movimiento Sin Tierra, con una fuerte organización feminista a su interior, hace recojo de toneladas de alimentos y los distribuye para las ollas comunes. Se despliegan también ferias itinerantes con aquellos productos que no tienen salida a los mercados.  Pero también la calle ha seguido siendo escenario, de más y más experiencias de lucha, por la democracia, contra el racismo, por los derechos sexuales y reproductivos y el aborto, por la violencia hacia las mujeres, por la democracia en los países, contra la criminalización de las protestas, por la democratización urgente de los sistemas de salud, educación, etc. Todo ello acompañado e impulsando otra subjetividad: la indignación por la tremenda injusticia social, económica, política, física, virtual, que ha evidenciado la pandemia, la cual ha dejado al descubierto la forma escandalosa en que se ha producido la tremenda desigualdad.   Si bien todas estas dimensiones han sido parte de las agendas de lucha previas, en la pandemia se han visto atacadas o debilitadas o mostrándose en toda su escandalosa desigualdad.

Una característica importante es la territorialidad de las luchas, que aparece hoy como elemento constitutivo de la acción de los movimientos sociales. El territorio se convierte en espacio de resistencia, en ámbito de creación de nuevas relaciones sociales y de reconocimiento de nuevas presencias y realidades pluriculturales y, multiétnicas.  Y si bien estos giros expresan el énfasis en lo local-nacional, es importante considerar que lo global y lo local no son mutuamente excluyentes.  Lo territorial es el espacio de raigambre cotidiana, donde se despliegan prácticas sociales, de amor, de resistencias, donde se recrean experiencias innovadoras o históricas de organizar la vida y la solidaridad.

Es claro que acercarnos a estas complejas realidades nos obliga a revisar nuestras mismas categorías de análisis y estrategias de acción, porque justamente el reto hacia un futuro diferente requiere recuperar todos estos espacios concatenados, intersectados, en un mundo cada vez más diverso, pero también más amenazante. Las características pluriculturales y multiétnicas de nuestras sociedades, la existencia de formas otras de conocimiento y de interrelación, la búsqueda de intercambios interculturales democráticos, etc. nos obliga a des- hegemonizar pensamientos únicos, recuperar otros saberes y cosmovisiones, que sustenten y expandan las agendas de resistencia y búsqueda de alternativas.

Este rol preponderante que ha asumido el Estado en la pandemia, ha evidenciado su responsabilidad para intervenir, negociar y administrar las tareas y los recursos necesarios para lograr la superación de la crisis. Ha hecho visible la perversidad de la privatización de estos servicios y derechos ciudadanos que han dejado en el despojo más absoluto a la mayoría de la población de los países.  Ha cuestionado profundamente la aspiración neoliberal de un Estado pequeño, que le da el poder a los grandes capitales y descuida totalmente su función hacia el bienestar de la población. Y ha mostrado la enorme limitación de los estados-nación en América Latina para hacerse cargo de las poblaciones más distantes de los centros de poder. y servicios, y de la diversidad de nacionalidades, culturas, etnias, idiomas que existen en su territorio. Y que también son los más vulnerables.

Todo esto no significa que ya se esté dando el gran cambio, pero si abre pistas que enriquecen nuevas subjetividades, acentuadas incluso más en pandemia: la indignación por tremenda inequidad en recursos, económicos, emocionales, de salud, de educación, de perspectivas de vida. La certeza de necesitarnos, de solidarizarnos para sobrevivir mejor, es comenzar también a vislumbrar un   nuevo paradigma, recuperando dimensiones de interconexión que habían quedado arrinconadas con el discurso del individualismo como central a la lógica de competitividad y egoísmo propia del capitalismo patriarcal, racista y colonial que pretende neutralizarnos. Este es el sentido del Pacto Social, Ecológico, Económico e Intercultural[5] para América Latina, que invita a  construir imaginarios colectivos, articular formas múltiples de luchas de los más diversos ámbitos de la sociedad.

Virginia (Gina) Vargas

 

 

[1] Gramsci, Antonio 1988, Notas sobre Macchiavello: El Estado y la Política. Análisis de Situación y Relaciones de Fuerza. Juan Pablos Ed. México.

 

[2]  Svampa Maristella 2020.  Reflexiones para un mundo post-coronavirus. Revista Nueva Sociedad. Abril 2020

[3] Pleyers, Geoffrey Movimientos sociales en el siglo XXI: perspectivas y herramientas analíticas. (2018).  CLACSO.

– Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

[4]   Massimo Modonesi y Mónica Iglesias 2016. Perspectivas teóricas para el estudio de los movimientos sociopolíticos en América Latina: ¿cambio de época o década perdida? De Raíz Diversa vol. 3, núm. 5, enero-junio. UNAM, México

[5] Esta iniciativa impulsada por un grupo de personas y organizaciones de diferentes países latinoamericanos, asume  “ … la urgencia de construir dinámicas sociales capaces de responder a y contrarrestar las dinámicas de reacomodo capitalista, concentración de riqueza y destrucción de ecosistemas que vemos surgir en medio de la crisis del COVID-19, y de configurar, conjuntamente con quienes deseen juntarse, un horizonte colectivo de transformación para Nuestra América que garantice un futuro digno


[Imagen de portada Revista Bravas]

25N “Día Internacional Por la Eliminación de las Violencias hacia las Mujeres y las Niñas”

24 noviembre, 2021/Noticias /por Elena

Rebeldías feministas: Por una vida libre de violencias machistas en cualquier parte del mundo. ¡Construyamos territorios libres de violencias machistas!  

Entrepueblos-Entrepobles-Entrepobos-Herriarte nos sumamos este 25 de noviembre, al grito feminista internacional que nos convoca a concentraciones, acciones, manifestaciones … por una vida libre de violencias machistas en cualquier parte del mundo. 

Las rebeldías feministas que se expresarán en las calles serán una clara denuncia hacia los gobiernos y sus políticas públicas que no asumen sus competencias en el ámbito de la prevención, acompañamiento, protección y reparación. Pero también será una reivindicación y una alerta feminista para un cambio social estructural que apela al compromiso y a la corresponsabilidad de toda la sociedad para erradicar las violencias machistas.

Denunciamos  las violencias machistas que se expresan de numerosas formas: los asesinatos y violencias al ámbito de la pareja o ex-pareja, la violencia vicaria, el acoso sexual o por razón de sexo al ámbito laboral, académicos y culturales y otros espacios de relaciones sociales, la violencia económica e institucional, las agresiones sexuales, la violencia digital, la violencia obstétrica y un largo etc. 

Denunciamos  las violencias machistas del extractivismo, ejercidas en los conflictos ecoterritoriales contra las defensoras de derechos humanos en países de Abya Yala y en el resto de los países.  Las mujeres defensoras de derechos humanos son quienes activamente se enfrentan a las empresas transnacionales que devastan sus territorios con megaproyectos, a los gobiernos que violentan los derechos humanos. La violencia a la que están expuestas las mujeres defensoras de derechos humanos atenta en contra de su seguridad y de su vida y son una forma de condicionar su lucha. Con sus reivindicaciones cuestionan los valores del capitalismo y del sistema patriarcal, racista, heteropatriarcal y colonial hegemónicos, que también desde el “Norte Global”  debemos denunciar y combatir

Denunciamos las violencias machistas ejercidas contra organizaciones feministas que sufren persecución, hostigamiento y asedio de gobiernos autoritarios y fundamentalismos religiosos, que criminalizan su trabajo de defensa de los derechos de las mujeres y disidencias sexuales, así como la construcción de democracias radicales desde abajo y con mujeres organizadas. 

Nos solidarizamos y acuerpamos con las compañeras feministas en el continente americano, en especial en Centroamérica.  Condenamos estos intentos de persecución que abocan a los movimientos sociales a la clandestinidad, siendo esta otra forma de expresión del patriarcado violento, y hacemos un llamado a construir redes de solidaridad internacional feminista que permita sostener, visibilizar y abrazar las luchas de nuestras compañeras del Abya Yala.

Denunciamos  las violencias machistas  de la pobreza, la exclusión social, la ley de extranjería, y la precarización del trabajo de las mujeres, en especial migrantes, de ayuda a domicilio, y de los cuidados, que impide a miles de mujeres, llevar una vida con dignidad .

Denunciamos las violencias machistas digitales y on line. El auge de las nuevas tecnologías ha amplificado el campo donde se ejercen las violencias machistas, más tóxicas, siendo las TIC el ámbito más usado por la población joven.Esta violencia tiene graves consecuencias para quien las sufre: ansiedad, depresión, miedo. Daño en la reputación, pérdida del empleo e incluso abandono de los estudios.

Impulsamos:  #DaleDLT  una campaña de sensibilización a jóvenes de entre 17 y 22 años sobre las violencias sexuales en el ámbito digital. A partir de los aprendizajes de las organizaciones feministas y las organizaciones sociales con las que hemos impulsado este trabajo en Perú, que se ha lanzado en estos días . Una campaña digital de ámbito estatal impulsada por Entrepueblos-Entrepobles-Entrepobos-Herriarte en coordinación con AIETI, Enraiza Derechos, y en Perú coordinada con Demus  y la Asociación Kallpa .

Con esta campaña queremos llegar a un público joven para romper con los mandatos de género. Abrir la opción que existe la posibilidad de poner límites y eliminar la violencia machista de sus vidas.

Apoyamos: En Perú la campaña  “Vivir sin miedo”, impulsada por Demus y Asociación Kallpa, en el ámbito de la  Cooperación Internacional, dentro del marco del Convenio “Por el derecho de las mujeres, adolescentes y niñas a una vida libre de violencias, en las regiones de Cusco y Lima “ para sensibilizar sobre la violencia sexual en el ámbito digital a mujeres y hombres de entre 17 y 22 años. En “Vivir sin miedo” se entrelaza el continuum de violencias, la transgeneracionalidad de las violencias de género y la situación actual en los territorios donde trabajamos; sumando a ello los desafíos y retos desde los feminismos peruanos para la educación y la prevención de violencia en la niñez y adolescencia.

Desde Entrepueblos-Entrepobles-Entrepobos-Herriarte seguiremos trabajando para: 

  • Construir redes de solidaridad internacional feminista que permita sostener, visibilizar y abrazar las luchas de nuestras compañeras del Abya Yala.
  • Visibilizar las violencias sexuales que viven jóvenes y adolescentes en diferentes espacios: Redes Sociales, Universidades, espacios de ocio, etc.
  • Denunciar las violencias del extractivismo sobre las Defensoras del territorio
  • Compartir  los desafíos y retos desde los feminismos internacionalistas  para la educación y la prevención de violencia en la niñez y adolescencia
  • Aprender de las experiencias de las jóvenes y adolescentes ante las violencias sexuales desde diferentes geografías (territorios).
  • Compartir estrategias desde diferentes ámbitos y espacios para dar respuesta a las violencias sexuales en jóvenes y adolescentes, en el terreno de la denuncia, prevención y sensibilización .
  • Derogar la Ley de extranjería, que ejerce una gran  violencia sobre las mujeres migradas, subordinando sus vidas al patriarcado, así como el cierre definitivo de los CIES.
  • Exigir que políticas públicas pongan la vida en el centro, contra la pobreza y la exclusión social, con una asignación presupuestaria que garantice una vida digna para las mujeres.
  • Exigir la regularización de las personas migrantes .

#VivirSinMiedo      #DaleDLT       #ActivistasPorLaVida

¡Territorios y cuerpos  libres de violencias!

¡Feminismo Internacionalista!

¡Mujeres migrantes con todos los derechos!

¡La ley de extranjería es violencia!

¡Los cuidados en el centro de la vida!

¡El capitalismo, el racismo y el colonialismo son violencia!

¡Defensoras no están solas!

La violencia sexual contra las mujeres y adolescentes aumenta en Internet

18 noviembre, 2021/Noticias /por Elena

Entrepueblos, AIETI, Enraiza Derechos, Demus Perú y la Asociación Kallpa hemos impulsado una campaña para sensibilizar sobre la violencia sexual en el ámbito digital a mujeres y hombres de entre 17 y 22 años.

Ante la alerta del incremento de problemas relacionados con nuevas formas de violencia sexual en el entorno digital como la sextorsión y el sexpreading en Internet.

Esta campaña busca generar debate y sensibilizar a la ciudadanía dotándola de herramientas para que identifique y desmonte la cultura patriarcal que sustenta la violencia machista a través de una pieza audiovisual y contenidos en redes sociales.

 

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se celebra el 25 de noviembre, Entrepueblos, AIETI, Enraiza Derechos, Demus Perú y la Fundación Kallpa ponemos en marcha una de sensibilización sobre violencias machistas digitales  en redes sociales a través de Tiktok y Instagram.

El auge de las nuevas tecnologías ha amplificado el campo donde se ejercen las violencias machistas, siendo las TIC el ámbito más usado por la población joven. Según un estudio realizado por DonesTech en 2019, el 30% de las  mujeres que sufren violencias en las TIC, son violencias sexuales. Violencias que  ejercen principalmente exparejas (45%), amigos (21%) o  parejas (15%).

Las violencias machistas online tienen la particularidad que pueden ejercerse en cualquier momento y lugar, siendo fácilmente viralizables lo que provoca graves daños en las mujeres y niñas que las sufren. Según el mismo estudio, el 76% de las personas que la sufren viven con miedo, depresión o ansiedad.

La pieza central de la campaña es este videoclip que nos narra la historia de una relación sexo afectiva heterosexual entre dos jóvenes y que refleja violencias machistas que viven las mujeres con el objetivo de concienciar a la población juvenil de evitar la creciente amenaza de violencia sexual generada en el entorno digital tanto a adolescentes como a mujeres adultas.

También, nos narra expresiones de masculinidad tóxica lanzando un mensaje a chicos y a chicas de que la violencia machista no es una cosa privada sino que todas y todos podemos contribuir a su reproducción o todo lo contrario, a su erradicación.

Esta pieza audiovisual pretende ser una muestra de la capacidad resiliente y el poder colectivo de las mujeres y el necesario cuestionamiento por parte de los hombres en el ejercicio de su masculinidad más tóxica.

La campaña se difunde en redes sociales a través de los influencers AnaIn y Mauro Cyan, especialmente en Tik Tok y Instagram, las redes que principalmente usan la generación Z.

Influencers: Tik Tok: @maurocyan y @laanaintw   Instagram: @maurocyan y @laanain

Caravana feminista para apoyar a las trabajadoras transfronterizas de Ceuta

8 noviembre, 2021/Noticias /por Elena

Trabajadoras transfronterizas con derechos

ENTREPUEBLOS se suma al Manifiesto de apoyo a las mujeres transfronterizas en Ceuta y participaremos, el domingo 14 de noviembre, en la Caravana Feminista de solidaridad que se esta organizando. 📝 INSCRIPCIONES

La situación de trabajadores y trabajadores transfronterizos en Ceuta es absolutamente intolerable. Algunas llevan hasta 20 años trabajando a diario en Ceuta, sin que se les reconozca ningún derecho y tras el cierre de la frontera, llevan más de año y medio sin poder salir de la ciudad autónoma ni ver a sus familiares.


📄 Manifiesto

APOYO A LAS TRABAJADORAS TRANSFRONTERIZAS DE CEUTA

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) y las organizaciones abajo firmantes consideran insostenible la situación que sufren las trabajadoras transfronterizas en Ceuta desde el cierre de fronteras, y exigen a la Delegación de Gobierno de Ceuta que proceda a regularizar la situación de las mismas.

Recordamos que, a raíz de la crisis sanitaria que vivimos desde marzo de 2020, las trabajadoras y los trabajadores en régimen transfronterizo (más de 3.500) llevan año y medio sin poder cruzar la frontera y volver con sus familiares, con una angustia y ansiedad que se comprende. Estas han quedado bloqueadas a ambos lados tras el cierre de la frontera, y como consecuencia de ello, han perdido su trabajo, sus cotizaciones y derechos laborales básicos. Las personas del colectivo atraviesan una vulnerabilidad social, jurídica y emocional gravísima, de la que ninguno de los dos países se hace responsable.

Insistimos en que se encuentran totalmente desamparadas a causa de la imposibilidad de ir a Marruecos para renovar su documentación, lo que repercute, por ejemplo, en su derecho a la asistencia sanitaria en los centros de salud, precisamente en una situación de crisis sanitaria como la actual.

Denunciamos que esta situación está vulnerando su dignidad y libertad, pues no pueden plantearse el mínimo futuro cuando son políticas migratorias inhumanas las que predominan sobre el respeto de los derechos humanos.

Apoyamos a este colectivo, que habita en un completo limbo socioeconómico sujeto a los movimientos e intereses geopolíticos de España y Marruecos, a causa de unas políticas migratorias que las excluyen del sistema y las dejan sin posibilidades de construir una vida digna, siempre dependiendo de los acuerdos entre ambos países.

Las trabajadoras y trabajadores denuncian que están absolutamente olvidados y que les es imposible lograr una estabilidad y una seguridad mínimas, que les permita desarrollarse libre y dignamente como seres humanos. Sienten frustración ante la inacción de las administraciones y esto tiene consecuencias para su salud emocional y su salud mental, cada vez más amenazada en esta situación.

Consideramos inadmisible que personas que, en muchos casos, llevan sosteniendo el Estado de Bienestar en Ceuta desde hace más de 20 años, contribuyendo y aportando al desarrollo del país, sigan sin tener un permiso de trabajo y residencia y una estabilidad.

Por todo ello, las organizaciones firmantes exigimos medidas urgentes por parte de la Delegación del Gobierno en Ceuta para regularizar la situación de estas personas y terminar con la injusticia y vulneración que sufren. Además de reivindicar la apertura de las fronteras de Ceuta para normalizar una situación a todas luces injusta que se eterniza sin mayor motivo.


Si quieres informarte y participar, puedes hacerlo escribiendo un correo a 📧 apdha.cadiz@gmail.com o llamando al 📞956 228511 o 690 019644


Foto de portada: APDHA

Transición energética y colonialismo: Punto de vista desde el norte de África

29 octubre, 2021/Noticias /por Elena

Los precios del petróleo han experimentado una caída sin precedente en el año 2020, lo que ha conmocionado al sector de los combustibles fósiles.

El impacto ha sido brutal en las compañías petroleras, especialmente en el sector del petróleo de esquisto estadounidense, cuya extracción tiene un alto coste. También ha aumentado la presión económica de los países petroleros africanos, como Angola, Argelia, Libia y Nigeria, que han visto crecer su déficit presupuestario y han sentido la hemorragia en sus reservas de moneda extranjera. En este contexto, algunos analistas se han apresurado a especular que la pandemia podría acabar con la industria del petróleo y contribuir a salvar el medio ambiente. No obstante, es preciso ser precavidos ante tales afirmaciones eufóricas y tal optimismo.

En tiempos de crisis, si hablamos en serio sobre trascender el petróleo, resulta crucial examinar con detenimiento los vínculos entre los combustibles fósiles y la economía en general y abordar las relaciones de poder y las jerarquías del sistema energético internacional. Estas relaciones tienen sus raíces en los legados coloniales y neocoloniales, así como en prácticas de desposesión, saqueo de recursos y apropiación de tierras, especialmente en el Sur Global.

En el imaginario popular, cuando hablamos de energía hablamos de carbón, petróleo y gas. La mayor parte de estos recursos (especialmente los dos últimos) proceden del Sur. Al modo de controlar y saquear estos recursos se le llama “extractivismo”. Se puso en marcha en 1942 con la conquista de las Américas y ha sido estructurado mediante el colonialismo, la esclavitud, la explotación y la violencia pura y dura. En la actualidad continúa con la creación de “zonas de sacrificio” y en forma de guerras imperialistas y gobierno militarista del mundo.

Las economías del Sur ocupan una posición subordinada dentro de la división profundamente injusta del trabajo global: por una parte son proveedoras de recursos naturales baratos y de una reserva de mano de obra barata y por otra proporcionan un mercado a las economías industrializadas. Esta situación fue impuesta y configurada por el colonialismo, y los intentos para superarla han sido hasta ahora derrotados por las nuevas herramientas de dominación imperial: la deuda paralizante, la religión del “libre comercio” y los programas de ajuste estructural entre otras. Buena parte de ello ha contado con el respaldo de las élites nacionales parasitarias.

Estas herramientas de dominación no solo condenan a los países del Sur global a un modelo económico orientado hacia el exterior –dirigido por la necesidad de responder a las demandas de los países ricos– sino que también limitan el espacio político para una toma de decisiones soberana, como el abandono de los combustibles fósiles. Un ejemplo contundente es el Tratado de la Carta de la Energía, un peligroso acuerdo de inversiones que permite a la industria de los combustibles fósiles mantener el control de los recursos y seguir dañando el planeta.

La agroindustria es otra de las formas en que se entrelazan la dominación imperialista y el cambio climático. Es una de las principales causas de este último y además mantiene a muchos países del Sur global prisioneros de un modelo agrario insostenible y destructivo. Este modelo se basa en la exportación de cultivos comerciales y el agotamiento del suelo y de los escasos recursos hídricos de regiones áridas y semiáridas como Egipto y Marruecos.

Levantamiento anti-fracking en Ain Salah, Argelia

Levantamiento anti-fracking en Ain Salah, Argelia

Aunque algunos gobiernos occidentales presuman de proteger el medio ambiente por prohibir el fracking dentro de sus fronteras y plantear objetivos de reducción de emisiones de carbono, ello no les impide apoyar decididamente a las multinacionales que explotan yacimientos de gas de esquisto en sus antiguas colonias, como hizo Francia con Total en Argelia. Desplazar los costes de una industria tan destructiva del Norte al Sur es una estrategia del capital imperialista en la que el racismo medioambiental se une al colonialismo energético.

La transición a las energías renovables puede ser de carácter extractivista. Dos ejemplos del norte de África muestran la manera en que el colonialismo energético se reproduce en forma de “acaparamiento verde”. La planta solar de Uarzazat (Marruecos) empezó a funcionar en 2016 y se publicitó como la mayor del mundo. Pero si escarbamos bajo la superficie obtendremos un panorama más sombrío. En primer lugar, la planta se instaló en tierras de comunidades agropastoriles bereberes sin su aprobación ni consentimiento. En segundo lugar, este megaproyecto está bajo control de intereses privados y ha sido financiado mediante una deuda que asciende a 9.000 millones de dólares. En tercer lugar, el proyecto no es tan “verde” como afirman sus promotores, pues requiere un uso exhaustivo de agua para el enfriamiento y limpieza de los paneles solares. En una región semiárida como Uarzazat, desviar el agua de su uso doméstico y agrícola puede ser fatal para la población local.

Lo mismo ocurre con el Proyecto Solar Tunur, en Túnez, que produce energía barata para Europa Occidental y priva a los tunecinos de ella. Planes coloniales del mismo estilo se están desplegando ante nuestros ojos mediante un flujo sin restricciones de recursos naturales baratos (incluyendo la energía solar) del Sur al Norte, mientras Europa Occidental se fortifica para evitar que otros seres humanos alcancen sus costas.

Una transición verde y justa debe transformar y descolonizar de manera radical nuestro sistema económico global, inadecuado desde el punto de vista social, ecológico e incluso biológico. También requiere una revisión de las pautas de producción y consumo intensivas en energía y profundamente derrochadoras, especialmente en el Norte global. Tenemos que superar la lógica imperial y racializada de la externalización de los costes que, si no cambia, solo generará colonialismo verde y un mayor extractivismo y explotación (de la naturaleza y la mano de obra), con el fin de lograr unos objetivos supuestamente verdes.

La lucha por la justicia climática y una transición justa precisa reconocer las diferentes responsabilidades y vulnerabilidades del Norte y del Sur. Deben pagarse reparaciones ecológicas y climatológicas a los países del Sur que son los más castigados por el cambio climático y han sido condenados a un extractivismo predador por el capitalismo global.

En un contexto global de lucha imperial por la influencia y los recursos energéticos, el discurso sobre la sostenibilidad y una transición verde no debe servir para embellecer prácticas neocoloniales de saqueo y dominación.

Hamza Hamouchene, Transtational Institute

Publicación original en Africa is a country. Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo


[Imagen de portada: Capitalismo verde:megaplanta solar de Ouarzazate, en Marruecos, la más grande del mundo que suministra energía a Europa]

Encuentros internacionales feministas: Construyamos territorios libres de violencias machistas

5 octubre, 2021/Noticias /por Elena

Los días 14, 15 y 16 de octubre nos encontramos en Barcelona para las Encuentros internacionales feministas: Construyamos territorios libres de violencias machistas en diálogo con el Sur Global!

Entrepueblos y la Cooperativa Cúrcuma abrimos un diálogo entre las voces feministas de Catalunya, el Estado Español y América Latina. Hemos puesto todas nuestras energías para construir un diálogo interseccional e interconectado con el objetivo de compartir estrategias, debates y retos en torno a las violencias machistas con compañeras feministas del Sur y Norte Global.


Vídeos de las jornadas


  • Jueves, 14 de octubre

Presentación de los encuentros y actuación musical de Las Amigas de Yoli

Mesa inaugural: Plantemos cara a las violencias sexuales en jóvenes y adolescentes: respuestas y retos desde diferentes ámbitos y geografías.

Participan:

  • Emilia Salazar Chávez: Socióloga feminista e integrante del equipo DEMUS (Perú)
  • Barbara Biglia: Profesora del departamento de Pedagogía de la Universitat Rovira i Virgili e investigadora principal del proyecto SeGReVUni (Tarragona)

Modera: Laia Serra, Abogada experta en violencias


  • Viernes, 15 de octubre

Mesa redonda: Maternidades cuestionadas y retirada de custodias: violencia institucional, racismo y falso SAP

Participan:

  • Soledad González: Feminista, politóloga, integrante de Cotidiano Mujer (Uruguay)
  • Rebeca Gregson Tovar: Madre migrada, psicóloga social especialista en participación y acción comunitaria. La Tregua e IPECAL (Barcelona)
  • Silvia Aquiles: Activista anti-SAP (Barcelona)
  • Daniela Ortiz (Perú)

Modera: Sílvia Aldavert Garcia, Coordinadora de L’Associació de Drets Sexuals i Reproductius e integrante de la Campaña por el Derecho al Aborto.


  • Sábado, 16 de octubre

Mesa redonda: Reflexiones en torno a las violencias machistas a través de diversas voces feministas desde Cataluña, el Estado Español y América Latina.

Participan:

  • Lolita Chávez: Indígena guatemalteca, activista y feminista defensora de los Derechos Humanos (Guatemala)
  • Pastora Filigrana: Abogada y defensora de Derechos Humanos (Sevilla)
  • Lilián Celiberti: Feminista e integrante de Cotidiano Mujer y Articulación Feminista Marcosur (Uruguay)
  • Montserrat Cervera: Activista feminista de Novembre Feminista (Ca La Dona – Barcelona)

Modera: Nuria Alabao, Periodista y coordinadora de Feminismos de Ctxt.es

Cierre con teatro espontáneo del Colectivo de Mujeres de Matagalpa: “Aperturas”

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