Protesta frente a la sede de Repsol de Madrid de activistas ecologistas.

Comienzan las audiencias sobre la propuesta del delito de ecocidio en el Parlament catalán

El pasado jueves 18 de enero comenzó en el Parlament de Catalunya el periodo de audiencias para que organizaciones, grupos sociales y expertos puedan realizar ponencias en torno a una Propuesta de Ley para incorporar el delito de ecocidio al Código Penal nacional, que ya tuvo el primer visto bueno en un debate a la totalidad el pasado 26 de julio. El trámite de las audiencias, forma parte del procedimiento de aprobación al texto final que cualquier propuesta de ley presentada en el Parlamento catalán debe atravesar antes de ser llevada a la Mesa del Congreso de los Diputados.

A la comparecencia acudieron representantes de cinco partidos políticos (1), quienes con posterioridad hicieron preguntas a los ponentes respecto a los principios y los criterios sobre los que se basa esta propuesta de Ley de Ecocidio. Stop Ecocidio fue convocada a participar en esta primera audiencia, y fue representada por Jojo Mehta, Directora Ejecutiva de Stop Ecocidio Internacional (que tuvo una intervención en vídeo) y por Maite Mompó, Directora de Stop Ecocidio en habla hispana. También intervino Josep Maria Mallarach, Presidente de la asociación Silene y Doctor en Biología.
Las siguientes comparecencias de la jornada fueron a cargo de Antoni Pigrau Solé, del Centro de Estudios del Derecho Ambiental de Tarragona, y de Susana Borràs Pentinat, profesora de Derecho Internacional Público y Derecho de la Unión Europea de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.

Esta Propuesta de Ley de Ecocidio sigue de cerca la definición jurídica de ecocidio elaborada por un Panel de Expertos Independientes en 2021, que fue convocado por la Fundación Stop Ecocidio, y que se ha convertido en el referente a nivel mundial para la tipificación de este delito.

Según Maite Mompó, “pese a que en el Estado español está tipificado el delito ecológico, es evidente que la legislación penal con que ahora contamos no resulta eficiente para prevenir los peores daños al medioambiente. Prueba de ello es que los graves daños extensos y duraderos a valiosos ecosistemas han continuado produciéndose, como evidencian los casos de El Mar Menor y de Doñana. La introducción del delito de ecocidio servirá para reforzar la legislación ya existente ayudando a proteger nuestro medioambiente de una forma más efectiva”.

Alex Guillamón, portavoz de Entrepobles, ha declarado: “Esta iniciativa parlamentaria responde a la demanda de más de 80 entidades ecologistas y sociales catalanas, y se inscribe en un movimiento internacional al que cada vez más países se están sumando: uno de los últimos posicionamientos ha sido el del Parlamento Europeo.”

Precisamente en estos momentos, se sigue desarrollando en las costas de Galicia una tragedia de grandes repercusiones ambientales por su afección a los seres y aves marinas, con el vertido de unas 26 toneladas de pellets de plástico procedentes de un buque con bandera de Liberia. Sólo disponiendo de legislaciones internacionales más duras se podrá evitar que episodios como éste tengan lugar. Por ello, es necesario tanto el desarrollo de leyes específicas de protección y de prevención, como ocurre en este caso para los océanos, como el reconocimiento del crimen de ecocidio en la Corte Penal Internacional para reforzar toda la legislación presente y futura.

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(1) Silvia Paneque Sureda (Socialistes i Units per avançar); Eugeni Villalbi Godes (Esquerra Republicana); Salvador Vergés i Tejero (Junts per Catalunya); Dani Cornellà Detreill (Candidatura  D’Unitat Popular); y Marina Bravo Sobrino (Ciutadans)

Para más información (prensa u organizaciones ambientales):

COP 28: Entrepueblos reivindica afrontar la crisis climática como una cuestión de derechos humanos y justicia social

En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28), desde Asociación Entrepueblos, como entidad comprometida con la educación transformadora y la cooperación solidaria, hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que la crisis climática se aborde como una cuestión fundamental de derechos humanos y justicia social.

Entrepueblos, con más de treinta años colaborando en la defensa de los derechos de los pueblos y la naturaleza desde una perspectiva feminista, insta a líderes y lideresas mundiales y participantes en la COP 28 a reconocer que la crisis climática no es solo un desafío ambiental, sino también un asunto crítico de derechos humanos y de los territorios. El impacto del cambio climático afecta desproporcionadamente a las comunidades más vulnerables, exacerbando las desigualdades existentes y comprometiendo los derechos fundamentales en los países del Sur global.

Con motivo de la Cumbre del Clima, urge dar visibilidad a casos que ilustran cómo los desafíos ambientales están profundamente conectados con los abusos de las multinacionales extractivas y la vulneración de los derechos humanos en Latinoamérica. Desde la defensa de los territorios y derechos de las comunidades afroindígenas en Honduras hasta la lucha por obtener justicia en el caso de Berta Cáceres, pasando por la emblemática batalla legal de tres décadas contra Chevron-Texaco en Ecuador, Entrepueblos defiende que la justicia climática es inseparable de la justicia social.

Desde nuestra asociación también ponemos el foco en la situación política y social en Guatemala y en el acoso a entidades sociales y feministas en El Salvador, que evidencia cómo las políticas gubernamentales pueden influir negativamente en la sociedad civil y en el respeto a los derechos fundamentales. Además, la campaña Sí al Yasuní‘ de Ecuador, o la reciente protesta de la población para conseguir parar la extracción de cobre en Panamá, son un ejemplo de resistencia democrática contra el extractivismo y la defensa del medio ambiente ante la cual los gobiernos y organizaciones supranacionales no se pueden poner de lado. Una lucha que están liderando los y las jóvenes en todo el Planeta.

Desde Entrepueblos creemos firmemente que sin la integración de la justicia social y ambiental, la Cumbre del Clima, un año más, se quedará en una mera declaración de intenciones y no cumplirá con su propósito de proteger a las personas y al planeta.

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Diálogos entre economías feministas

Nuevo suplemento “Diálogos entre economías feministas” en colaboración con la Directa. Puedes descargarlo a través de este enlace. Las…

“El capitalismo ha logrado crecer y conservarse a partir de someter la naturaleza y las mujeres”

El 17 de marzo de 2023 participamos en el VIII Congreso de Economía Feminista en Barcelona, las compañeras Kenia Castaldo y Natalia Riera, técnicas de educación compartieron sus experiencias en la mesa Respuestas (eco)feministas a las crisis  donde hablamos de soberanías, feminismos y economías alternativas a través de las jornadas internacionales de Diálogos feministas y ecologistas – Ciudades vivibles para sostener las tramas de la vida (entra en el enlace para más información sobre estar jornadas)

Donde aportamos nuestra visión sobre las soberanías sociales como los procesos de construcción de capacidades para hacer efectivo el derecho de los pueblos a decidir cómo queremos vivir, sostenerlos diferentes ámbitos de nuestras vidas, cómo queremos relacionarnos socialmente y con el resto de la naturaleza de la que formamos parte y de la que dependemos

Hablamos de cómo concebimos que los feminismos y la lucha contra este sistema patriarcal, como deben estar presentes tanto en la crítica al desarrollo capitalista, y en la generación de alternativas de empoderamiento social. También apostamos fuerte por la economía solidaria y alternativa, por la cooperación social frente a la competencia lucrativa. Para hacer frente a los impactos de la crisis del sistema capitalista hace falta desplazar al crecimiento ilimitado del lucro como principio rector de todos los órdenes de la vida social, para promover procesos de transición, hacia el planteamiento de las necesidades humanas y la forma de satisfacerlas orientadas de manera responsable hacia los bienes comunes y el bien común de la generación actual y de las futuras.

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Oscar Recinos: ‘La agroecología es básica para la soberanía de El Salvador’

 

Artículo publicado el día 29 de noviembre de 2022  en la Revista Nexe 

La Federación de Cooperativas de la Reforma Agraria de la Región Central (FECORACEN) del país centroamericano trabaja con las comunidades y cooperativas para promover y fortalecer la agroecología como vía de desarrollo local.

“Soy Oscar Recinos, tengo 55 años, soy campesino, gerente de la Federación de Cooperativas de la Reforma Agraria de la Región Central (FECORACEN) y miembro de la comisión política de Vía Campesina en El Salvador. Para mí, “el cooperativismo es una alternativa social, incluso cultural, que permite integrarlo todo para mejorar la vida de las comunidades”. Así se presenta este especialista en cooperativismo y agronegocios, que ya acumula treinta años de experiencia como activista, luchador social y defensor de los derechos del campesinado de El Salvador.

El Salvador, el país más pequeño de Centroamérica, es conocido para tener una alta susceptibilidad ante acontecimientos climáticos y una problemática multidimensional donde se mezcla la desigualdad social y económica; la desocupación; la migración; la violencia social; el crimen organizado; el machismo y una elevada presión sobre los recursos naturales. Factores, todos ellos, que durante la pandemia de la COVID-19 se han visto agraviados.

Según Oscar Recinos, las prioridades del Gobierno de Nayib Bukele, presidente del país desde 2019, no están en focalizados en la agricultura, sector que se ha visto afectado por el cierre de los programas que ayudan la agricultura familiar, la acuicultura y el desarrollo rural. “No hay planes estatales por el sector agrario, y los créditos bancarios que se han establecido, acaban en manos de las grandes empresas, mientras que por los pequeños agricultores el acceso es muy limitado”.

Tampoco la pandemia no ha permitido mejorar la situación del campesinado. Más bien al contrario: en lugar de adquirir los productos de las familias campesinas, el Estado se dedicó a comprarlos al extranjero. Un hecho que, según Recinos, ha agraviado el abandono que sufren los pequeños y medios agricultores por parte de la administración.

Por el veterano cooperativista y activista social, El Salvador ha acontecido un país “bastante atrasado”, en que se ha priorizado la política de importación y se ha abandonado la agricultura. Una situación que, a parecer suyo, solo se resolverá si el Estado destina las ayudas necesarias para que el sector no caiga en manos de las compañías que conciben la producción de alimentos como una mercancía.

Ante esta problemática, Recinos explica que el objetivo de FECORACEN es impulsar la producción local desde una mirada ecológica, teniendo en cuenta que “el producto es mucho más sano, menos contaminado y menos nocivo para la salud”, afirma. Para lograr este objetivo, la entidad ha definido cuatro líneas de trabajo, como son la incidencia en políticas públicas, la transformación agropecuaria, la soberanía alimentaria y el enfoque de la actividad con perspectiva de género y orientado especialmente a la juventud. Alrededor de estos temas, establece colaboración con las comunidades y el conjunto de cooperativas, a quienes proporciona asesoramiento técnico en producción y gestión jurídica, y forma en agroecología, género, juventud y masculinidades.

En torno a la formación, Oscar Recinos señala que se ha hecho una gran labor, puesto que se desarrollan cursos destinados a chicos y chicas que tienen lugar, por un periodo de uno o dos meses, en una escuela ecológica. Por el representante de FECORACEN, con esta formación, los participantes conocen el proceso de transición que tiene que llevar a sustituir los productos nocivos a aplicar la agroecología: “Esta cuestión, y las que hacen referencia a la soberanía alimentaria, el cooperativismo y el papel de las mujeres y de la juventud, son fundamentales en orden a construir un país mejor para todo el mundo”.

También, en referencia a las masculinidades, Recinos apunta que las formaciones han permitido a los jóvenes darse cuenta de que las relaciones patriarcales son nocivas y no benefician a la sociedad salvadoreña. “Aprenden a tener otra visión de cómo tienen que ser las relaciones entre hombres y mujeres”, indica. Mientras que, en términos de cooperativismo, defiende que es crucial trabajar en colectividad y que “es interesante y gratificante hacerlo en esta dirección”, puesto que, “el sistema capitalista nos enseña el individualismo y que tienes que salir a triunfar, cuando lo más gratificante es que un colectivo busque el bien común”, dice Recinos.

Para avanzar hacia este horizonte, el gerente de FECORACEN cree necesario empoderar tanto las cooperativas como las comunidades en soberanía alimentaria y agroecología, de forma que adquieran la capacidad de producir sus propios alimentos en sistemas diversificados, “No podemos limitarnos a la producción de alimentos con carbohidratos, sino también con proteínas, las cuales son las que garanticen una buena de las comunidades”, comenta Oscar Recinos. Y esto, según insiste, pide ayudas al campesinado para que pueda alcanzar en la población, pero también al conjunto del mercado con sus propias semillas.

Oscar Recinos pone especial énfasis al ayudar los productores y productos para que puedan producir sus alimentos de acuerdo con la cultura que emana de los territorios. Al final, considera que “es un derecho de los pueblos tener acceso a la alimentación, y más en El Salvador, donde el problema no es la carencia de alimentos, sino el acceso a estos”, razón por la cual reclama que las instituciones vean en el campesinado un actor clave por el desarrollo de la economía local.

Según Recinos, por ahora, solo pueden acceder a los alimentos básicos las personas con poder adquisitivo, no quienes no tienen”, de aquí que, desde la Federación, se insta continuamente en el Estado a establecer planes que facilite a los productores y en el campesinado el uso de la tierra, el agua y el resto de recursos naturales. “Es básico que gire la mirada hacia el sector cooperativista, porque si bien tenemos tierras, no podemos producir por la falta de recursos” añade.

A propósito de esto, desde FECORACEN plantean la agroecología como una alternativa real que, más allá de garantizar el abastecimiento alimentario, supone la apuesta política por un modelo de producción que prioriza la diversidad ante el monocultivo. “Defendemos la agroecología porque es rentable y, a través del cooperativismo, permite fortalecer la economía local y transitar hacia el desarrollo social y ambiental de las comunidades”, concluye Oscar Recinos.

Pepa Roselló, técnica de Comunicación de Entrepueblos

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